El día 17 de noviembre se celebra el Día Mundial del Niño Prematuro. El lema elegido por La Fundación Europea para el Cuidado de Prematuros (EFCNI) para este años es “Cada año nacen más de 13 millones de bebés antes de tiempo. ¡Acceso a atención de calidad en todas partes!”.
Desde la IHAN queremos recalcar el papel fundamental que, en este grupo de recién nacidos, tiene la lactancia materna para conseguir una mejora en su pronóstico.
Pero, además, queremos enfatizar el papel trascendental y la responsabilidad que tienen los profesionales sanitarios en aras de conseguir que este tipo de alimentación sea la norma en las unidades neonatales. Para ello es preciso recordar cómo existen diversas estrategias que han demostrado su efectividad para alcanzar esta meta. Así, asegurar el contacto piel con piel precoz, frecuente y prolongado ayuda a las madres a conseguir una producción suficiente para su recién nacido lo más pronto posible tras el nacimiento.
Del mismo modo, garantizando la entrada libre a las unidades neonatales y proporcionando unos cuidados integrados en la familia, no solo favorecemos la lactancia materna, sino también el desarrollo de un vínculo adecuado que servirá de cimiento para una relación de amor que perdure en el tiempo.
Para ello es absolutamente imprescindible que las instituciones sanitarias apoyen este tipo de medidas mediante, entre otros, el cumplimiento del Código de Comercialización de Sucedáneos y que proporcionen las herramientas necesarias para garantizar la formación y actualización de sus profesionales.
Desde la IHAN, queremos recordar que, en la actualidad, en nuestro medio, son ya cuatro los centros hospitalarios que han iniciado su camino para la acreditación Neo-IHAN, el cual constituye el estándar exigido por la OMS y UNICEF para asegurar la calidad y la
humanización de la atención perinatal.
Estamos empezando y esto es solo el principio. Todos: familias, profesionales, grupos de apoyo, instituciones y asociaciones, tenemos en nuestra mano proporcionar una atención neonatal de la máxima calidad.
Como dijo el escritor Ryunosuke Satoro:
“individualmente, somos una gota. Juntos, formamos un océano”.