Autores: Leonardo Landa Rivera, Juan José Lasarte Velillas, José María Paricio Talayero y Mª Teresa Hernández Aguilar.
10 de julio de 2013
Comunicado completo (0,4 Mb)
Traducción del artículo de Melissa Bartick sobre la posición de la Academia Americana de Pediatría
En mayo de 2013, un grupo de investigadores ingleses publicó un estudio de revisión titulado “El colecho cuando los padres no fuman: ¿Es un riesgo para Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL)? análisis a nivel individual de los 5 mayores estudios de casos y controles”. La difusión de algunos de estos resultados en la prensa ha causado revuelo mediático y preocupación a muchas familias y profesionales. Tras revisar la evidencia disponible hasta la fecha, con relación al estudio en cuestión, desde IHAN-España deseamos hacer público el siguiente comentario.
El colecho y su relación con la lactancia materna y el riesgo de muerte súbita del lactante, fueron revisados y publicados recientemente por Landa y cols. mientras aún eran miembros del comité de Lactancia Materna de la AEP. Tras una revisión exhaustiva, este grupo concluía que, ante la falta de evidencia que permita posicionarse a favor o en contra esta práctica, es necesario reconocer que corresponde a los padres tomar la decisión de realizar colecho con sus hijos y que, además, su elección debe ser respetada. Y también se advertía que, ante la posibilidad de que algunos comportamientos o hechos coincidentes con el colecho puedan aumentar el riesgo de muerte súbita del lactante, es necesario que los profesionales informen adecuadamente sobre los mismos a todas las madres y padres para que puedan practicar colecho con seguridad.
El estudio publicado por Carpenter y cols. en la revista British Medical Journal es el resultado de un re-análisis de artículos antiguos (el más moderno publicado hace 10 años, el más antiguo hace 27 años) cuyos datos fueron recolectados entre 1987 y 2003. La antigüedad de los mismos hace que ni siquiera el uso de un complejo análisis estadístico pueda compensar las importantes deficiencias que tienen en su diseño los artículos originales. Deficiencias derivadas de su antigüedad, pero tan importantes como que únicamente 2 de los 5 estudios utilizados registraron el uso de alcohol por los padres (38,7% de las madres), que ninguno de ellos analizó el posible uso de drogas ilegales de los progenitores antes del colecho o que el análisis fue limitado al colecho con uno de los progenitores cuando lo más frecuente es que la presencia sea de ambos. Éstas situaciones de riesgo son tan obvias en la actualidad, que ninguna revista de prestigio admitiría para publicación un estudio que no las tuviera en cuenta, pero no lo fueron sin embargo cuando se llevaron a cabo esos estudios. El análisis detallado del artículo de Carpenter y cols. permite afirmar que este estudio, tan aireado en la prensa, no aporta nuevas evidencias al tema y adolece de importantes fallos metodológicos. Los autores comenten un lamentable sesgo de publicación al no resaltar los resultados más importantes desde un punto de vista de veracidad científica, sino aquellos a los que suponen mayor interés mediático, sin considerar el posible perjuicio causado a los lactantes y sus familias.
En IHAN-España consideramos que sólo las evidencias científicas sólidas deben ser utilizadas para hacer recomendaciones generales. Y las evidencias sólidas se obtienen de estudios con variables claramente definidas y con factores de riesgo controlados. Además, en el caso del colecho, consideramos que aconsejar a las madres, sin evidencia científica de peso, que no compartan la cama con sus bebés, supone privarles a ambos de un importante tiempo de contacto estrecho e intimidad previstos por la naturaleza y que durante los primeros años tantos beneficios tiene demostrados.
En resumen, y de acuerdo con otros autores, consideramos que no existe fundamento científico actual para condenar la práctica de colecho y que el artículo publicado por Carpenter no aporta novedades a lo hasta ahora publicado. Por ello, expresamos nuestra posición de respeto ante este fenómeno cultural, considerando que pertenece a las madres y padres la decisión última sobre su práctica. Y que corresponde a los profesionales de la salud, en base a la evidencia disponible, asesorar y compartir información para evitar situaciones de riesgo conocidas: